Desde tríos hasta relaciones abiertas, que son aquellas en las que las parejas pueden mantener relaciones sexuales cada uno por separado con otras personas. Desde prácticas sexuales poco habituales hasta orgías que antes serían impensables. Hoy en día los homosexuales nos hemos acostumbrado a todo esto, y los heterosexuales, poco a poco también.
Y ¿cuál es el secreto de las parejas que se mantienen a pesar de todo esto? La respuesta es muy sencilla y para mí, absolutamente evidente, la sinceridad. Una vez que se sabe que tu pareja te atrae sexualmente hay que buscar ese estado en el que, los dos sabéis prácticamente todo de la pareja, nada se oculta.
Además yo añadiría otra cosa, ilusión, y con esto me refiero a que, siempre surjen problemas, y no nos tenemos que rendir a la primera de cambio, hay que buscar la perseverancia, y de ésto, también nos falta bastante a los homosexuales. Cada vez intentamos lo más cómodo y perdemos cosas que nos hubieran llenado la vida para siempre. La última cosa que nos falta es sentirnos correspondidos. El amor tiene que ser una cosa de dos. Una balanza que cuando se inclina hacia un lado debe ser inmediatamente corregida por el otro lado, hasta que se vuelva a alcanzar ese equilibro que mantiene el orden.
Lo que más pena me da, es que casi todos los chicos gays con los que hablo han perdido cualquier confianza en el amor. No creen que vayan a encontrar el amor nunca, o creen que el amor siempre dura un tiempo y luego se acaba. Sé que muchos de los que leeis mi blog pensáis eso, y sé que os quejaréis de lo que os voy a decir, pero por lo menos os dará qué pensar. El amor existe, y está ahí fuera, a veces no encontramos a las personas adecuadas, pero hay que seguir intentándolo.
