Hay una gran pregunta que llevo tiempo haciéndome y todavía no sé responder. Y es: qué busco en la vida. ¿Cuáles son mis metas? Creo que la gente no tiende a preguntarse esas cosas y va conformándose con lo que le va llegando.
La primera respuesta que me viene a la cabeza es: terminar la carrera, salir del armario en mi familia, irme a vivir con mi novio, tener hijos, encontrar un buen trabajo...
Y luego me pregunto, ¿es eso lo que realmente quiero? o ¿eso es lo que la gente espera que quiera? Y entonces me doy cuenta de que lo que realmente quiero es otra cosa. Quiero un novio que me brinde confianza en las cosas que hago, una persona que me asegure que cuando tenga un problema, él va a saber solucionarlo de la mejor manera posible y no se va a quedar parado como un pasmarote viéndolas venir.
Quiero que mi vida cambie. Quiero que las actitudes de las personas tengan sentido para mi, porque no lo tienen. Quiero sentirme libre, y en cambio ahora cada vez me siento más enjaulado. Quiero respirar por las mañanas el perfume de la satisfacción y la pasión. Quiero dejar de pensar que el mundo es algo bueno, para pensar que el mundo es algo lógico, y que por motivos racionales se mueve. Quiero volver a ser el que era, el que proyectaba su luz entre los demás y el que sentía con todas las células de su cuerpo. Quiero mirar hacia el techo y llorar, de felicidad. Quiero ayudar a todos los que necesitan ayuda a mi alrededor. Quiero ser alguien para los demás y que los demás tengan un valor para mí. Quiero volver a encontrar la verdadera amistad. Quiero hacer el amor a todas horas. Quiero que me deseen, como si mi cuerpo fuera agua en medio de un cálido desierto. Quiero perder, y ganar.
¿Y qué es lo que me impide que esto se cumpla? El miedo, la falta de apoyo, el desánimo, el estrés, el cansancio y sobre todo, el compromiso.
Hamas Ended! 300.000 Troops Surround Gaza!
Hace 1 año