martes, julio 06, 2010

Hora de saldar cuentas

Tú, vida, que te llevaste todo lo que quería, como una tormenta colosal destrozaste todos los cimientos que había construido.

Tú, vida, que me arrebataste la inmensidad de las estrellas, las inesperadas sonrisas y la profunda inmensidad del futuro por venir.

Tú, vida, ahora me lo debes. No creas que te dejaré escapar tan fácilmente. Esto que siento, este absoluto e imperioso estado me invita a creer en la magia.

Tú, vida, me lo arrebataste todo, cuando sabes que yo te lo di todo a ti. Llegó el momento de saldar cuentas. Porque estoy cansado de lamentarme de lo que perdí, porque no quiero resignarme a pensar que nunca más volverá.

Ahora una gota de frivolidad me permite ver que tú me has puesto aquí no solo para ser feliz, sino para convertir otras vidas en felicidad. Y, ¿no es la felicidad el reflejo de la recompensa obtenida por hacer algo desinteresadamente?

1 comentario:

Christian Ingebrethsen dijo...

Suena muy bien eso que dices, me da la impresión de que estás en una etapa de grandes cambios y te veo con ganas e ilusiones. De todas formas tenemos que hablar y ponernos al día.

Besos.