jueves, mayo 14, 2009

Salir del armario

Mi vida este último mes ha cambiado como nunca antes lo había hecho. Digamos que todo comenzó un fin de semana que tuve tres cumpleaños. Como no podía asistir a los tres, decidí ir a dos de ellos uno el viernes y otro el sábado. El del viernes fue con mis amigos que ya conocen a mi novio, pero algunas de las personas que iban no sabían que era gay, así que decidí presentarle tal cual, como mi novio, a pesar de que me daba bastante vergüenza.

El del sábado ya era otra cosa porque había mucha gente que iba al cumpleaños que no conocía a mi novio. Fue entonces cuando empecé a morderme las uñas pensando qué pensarán, qué dirán... Pero tenía unas ganas tremendas de que ciertos amigos conocieran a mi novio, así que avisé a mi amiga que era la que celebraba su cumpleaños de que iría a su cumpleaños con mi novio. Descubrí al finalizar la noche que había disfrutado como nunca. Me encantó compartir todos esos momentos con mi novio y me sirvió para plantearme muchas cosas.

De pronto empecé a agobiarme. No podía seguir fingiendo más, intentando todo el tiempo que mis padres no supieran que estaba con un chico. Así que decidí decírselo. Pero, ¿cómo iba a hacerlo si nunca me había atrevido antes? Lo intenté mil veces. Me ponía delante de ellos y pensaba: "ahora, este es el momento", pero no había manera que de mi boca saliera ni una palabra. Al final me dí por vencido, pero seguía dándole vueltas a la cabeza, imaginándome cómo sería mi vida si mi novio pudiera venir a mi casa a dormir o si pudiera celebrar mi cumpleaños con toda mi familia y eso incluye a mi novio.

Así que permanecí una semana nervioso. Al final decidí hacer una carta, donde escribiese lo que me gustaría decirle a mis padres cuando saliera del armario. Una vez hecha permaneció varios días en mi carpeta, hasta que por fin un día, y casi sin pensarlo, le dí la carta a mi hermana y le pedí que la leyera en alta. "Ya lo sabía", me dijo. Me quedé alucinando. Me dijo que me había visto demasiadas veces con mi novio y que ya se pensaba que estábamos juntos. Después de un rato me quedé bastante aliviado.

Ayer se lo dije a mi madre, me dijo "yo lo que quiero es que seas feliz" y me puso la cara más triste que había visto nunca. Sentí como si la hubiera decepcionado, estuve toda la tarde bastante apagado y sin ganas de nada. Esta mañana se ha levantado y ha venido a mi habitación. Me ha dicho que no había podido dormir muy bien y que había estado toda la noche pensando en lo que le había dicho.

Ahora estoy bastante desanimado y pensando cómo se lo voy a decir a mi padre y las consecuencias que esto tendrá.